En la ruta, en la última parada de Capitán Bermúdez, me esperaba Ceci con su abrazo fraterno, para por fin conocernos después de tanto intercambio por mail y teléfono. ¡Qué lindo encuentro! Juntas llegamos hasta Poriajú, también llamado “Manos Abiertas”, y así nos esperaban, ¡con las manos y el corazón abiertos! Luego de una mini-recorrida con Evelin por el barrio, para recordarles a los chicos la invitación, y mientras compartíamos cuentos esperando al resto, el saloncito se fue llenando y ya estábamos listos para la función. Las aventuras de Juanito provocaron muchas risas que atesoro de recuerdo, y después, corrimos todos al gran fondo para jugar a convencer a los fumigueitors y los nonsantos que dejen de hacer tanto daño. La tarde terminó con una merienda compartida y besos y abrazos de despedida. Quiero agradecer mucho a Evelina, Marita y Chavela por abrirme las puertas de este maravilloso espacio, ¡y a Ceci Bianco por la invitación y por tanto cariño! Las invito a seguir trabajando juntas, y cuenten conmigo en todo lo que pueda ayudarlas. Les envié por mail materiales y les seguiré enviando todo aquello que crea les pueda ser útil en su incansable tarea. ¡No dejen de comunicarse para lo que necesiten! Les dejo un abrazo grande y estas fotos de recuerdo. ¡Muchísimas gracias!
viernes, 11 de septiembre de 2009
Centro Ecuménico Poriajú, Cap. Bermúdez
En la ruta, en la última parada de Capitán Bermúdez, me esperaba Ceci con su abrazo fraterno, para por fin conocernos después de tanto intercambio por mail y teléfono. ¡Qué lindo encuentro! Juntas llegamos hasta Poriajú, también llamado “Manos Abiertas”, y así nos esperaban, ¡con las manos y el corazón abiertos! Luego de una mini-recorrida con Evelin por el barrio, para recordarles a los chicos la invitación, y mientras compartíamos cuentos esperando al resto, el saloncito se fue llenando y ya estábamos listos para la función. Las aventuras de Juanito provocaron muchas risas que atesoro de recuerdo, y después, corrimos todos al gran fondo para jugar a convencer a los fumigueitors y los nonsantos que dejen de hacer tanto daño. La tarde terminó con una merienda compartida y besos y abrazos de despedida. Quiero agradecer mucho a Evelina, Marita y Chavela por abrirme las puertas de este maravilloso espacio, ¡y a Ceci Bianco por la invitación y por tanto cariño! Las invito a seguir trabajando juntas, y cuenten conmigo en todo lo que pueda ayudarlas. Les envié por mail materiales y les seguiré enviando todo aquello que crea les pueda ser útil en su incansable tarea. ¡No dejen de comunicarse para lo que necesiten! Les dejo un abrazo grande y estas fotos de recuerdo. ¡Muchísimas gracias!
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