En esta escuela estábamos de locales, así que, ¡toda la comitiva se acercó para compartir el taller!
Luego de ser recibidos por la maestra Graciela, y mientras los cumpas desplegaban el cine en el aula, nos acomodamos en el hall de entrada del colegio, e iniciamos la charla acerca del origen de los alimentos. Una vez más, pudimos llegar a la conclusión de que el campo es nuestro principal proveedor de alimentos… y… parece que Tania aprendió muy bien la lección, porque nos contaron que al volver a su casa, se preguntaba sobre cada alimento que encontraba en la cocina ¿esto viene del campo?...
Después de la charla volvimos al aula para disfrutar de la historia de Juanito, y a continuación, nos dispusimos a jugar. ¡Los chicos de la escuela de Amboy fueron de los más participativos! Y nos divertimos mucho, al tiempo que reflexionamos juntos…
Recordamos que en Amboy existe una ordenanza que establece una franja de restricción a las fumigaciones, y resaltamos lo importante de bregar para que eso se cumpla, sobre todo considerando que en tantos otros municipios, los vecinos -a pesar de su lucha- aún no consiguen esa protección.
Y a la hora de convencer a Fumigueitor de que no siga fumigando, los chicos le dejaron en claro que su veneno no es tan inocuo como dicen.
Emi aseguró: -No dicen la verdad sobre el peligro del veneno, porque si dijeran que contamina y hace mal a las personas, no se lo pueden vender a nadie… (¡Elemental, Watson!). Pero por si quedaba alguna duda, los chicos intimaron a Fumigueitor: -¿Y si decís que tu veneno no hace nada por qué no te lo tomás? Y ahí mismo el personaje bebió un traguito y ¿adivinen qué?... ¡cayó ahogado al instante! Está claro que por esos pagos no va a seguir molestando.
Muchas gracias a la maestra y a todos los chicos de la primaria de Amboy por el momento compartido. ¡Les mando un gran abrazo y hasta pronto!
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